
Orizaba, Ver.- El segundo día del Triduo Pascual cerró con la procesión del silencio en la que participaron cientos de familias católicas recordando el paso de Jesús, de la muerte a la vida eterna.
El Obispo Eduardo Cervantes Merino encabezó los santos oficios recordando la importancia de caminar juntos como Iglesia – Pueblo de Dios, como lo han hecho los fieles durante varios kilómetros la noche de este Viernes Santo en la procesión del silencio acompañando a María Santísima como ella acompaña el dolor de la humanidad.
“Es más fácil que cada quien haga su camino, el individualismo, pensar al propio modo, pero el Señor nos convoca y anima a caminar juntos como hermanos, reconciliados con el Padre, descubriendo la alegría de ser hijos amados por Él y caminando en la esperanza», expuso.
Desde la parroquia de Santa Gertrudis hasta la Catedral de San Miguel Arcángel, se realizó la procesión de varones, mientras que la de mujeres de la Catedral a la Alameda y culminó con el rosario de pésame a la virgen María.
Durante la mañana, se realizó el acto piadoso del Víacrucis de la esperanza, recordando que el dolor de María acompaña a la humanidad, a la Iglesia y especialmente a quienes más sufren, como las madres buscadoras y a quienes enfrentan sufrimiento por sus hijos.