Rafael Delgado, Ver., El Nuncio Apostólico en México, Joseph Spiteri, hace un llamado a quienes provocan la violencia a la conversión.
El representante del Papa en México ha celebrado la Eucaristía en medio de la comunidad Nahua de San Juan Bautista del Río, pronunciándose en la homilía por la creación de un ambiente de paz, por acabar con esta violencia sin sentido causada por quienes “secuestran y matan”.
El Nuncio Apostólico, quien fue nombrado por el Papa Francisco el 7 de julio del 2022, está de visita en la Diócesis de Orizaba. En breve entrevista recordó que toda la sociedad tiene un compromiso para construir la paz y descubrir el amor de Dios.
La razón de esta visita a Rafael Delgado habría sido la bendición de la capilla del Santísimo que a su vez pertenece a la Inmaculada Concepción, según se observó en una recepción que preparó la comunidad católica para este 8 de febrero a mediodía.
Respetar a Dios significa respetar al prójimo -agrega- respetar a cada hermano o hermana, a todos los niños y ancianos.
El Nuncio Apostólico de México dijo sentirse alegre de ver a muchos niños y el gran respeto que hay por las personas ancianas. Llamó a no dejarlas solas porque representan la sabiduría, raíz y fuente de donde se ha recibido la fe en Dios verdadero, en la Santa Eucaristía, el amor a la virgen María y a los santos… todo eso los fieles católicos lo han conocido a través de sus padres y abuelos, insistió.
Al retomar en su homilía el tema de los Sacrificios, recordó: Ya con la santísima eucaristía, la ofrenda de Jesús – ofrenda única, ya no hacen falta otros sacrificios ni de animales ni humanos.
¡Cuántas víctimas vemos que hay en el mundo, víctimas de la violencia sin sentido en nuestro querido país, víctimas de la trata, de secuestros, de violencia sin sentido! Pedimos al Señor en su misericordia, recibir a estos hermanos y hermanas nuestras víctimas de la violencia… le pedimos ayudar a los que cometen estos horrores a convertirse y cambiar su vida, de regresar hacia Él y redescubrir en su amor una vida mejor.
